El electromagnetismo es una teoría de campos; es decir, las explicaciones y predicciones que provee se basan en magnitudes físicas vectoriales o tensoriales dependientes de la posición en el espacio y del tiempo. El electromagnetismo describe los fenómenos físicos macroscópicos en los cuales intervienen cargas eléctricas en reposo y en movimiento, usando para ello campos eléctricos y magnéticos y sus efectos sobre las sustancias sólidas, líquidas y gaseosas. Por ser una teoría macroscópica, es decir, aplicable solo a un número muy grande de partículas y a distancias grandes respecto de las dimensiones de estas, el electromagnetismo no describe los fenómenos atómicos y moleculares, para los que es necesario usar la mecánica cuántica
Desde la antigua Grecia se conocían los fenómenos magnéticos y eléctricos pero no es hasta inicios del siglo XVII donde se comienza a realizar experimentos y a llegar a conclusiones científicas de estos fenómenos. Durante estos dos siglos, XVII y XVIII, grandes hombres de ciencia como William Gilbert, Otto von Guericke, Stephen Gray, Benjamin Franklin, Alessandro Volta entre otros estuvieron investigando estos dos fenómenos de manera separada y llegando a conclusiones coherentes con sus experimentos.
Su funcionamiento va relacionado con las cargas eléctricas que se encuentran en reposo y en movimiento durante la interacción con cargas magnéticas. El uso de este fenómeno lo podemos apreciar en distintas dimensiones y estados de los objetos: líquidos, sólidos y gaseosos.
Con base en diferentes pruebas y la realización de estudios, podemos tener estos ejemplos de electromagnetismo aplicados a nuestra vida cotidiana:
la brujula
A pesar de ser un objeto muy antiguo, el mejor ejemplo aplicado de electromagnetismo lo podemos observar en el funcionamiento de la brújula. Simple en estructura y ejecución, el movimiento de las agujas se basa en los principios magnéticos de los polos, y en los eléctricos por la interacción del mecanismo y fricción que genera.
A pesar de ser un objeto muy antiguo, el mejor ejemplo aplicado de electromagnetismo lo podemos observar en el funcionamiento de la brújula. Simple en estructura y ejecución, el movimiento de las agujas se basa en los principios magnéticos de los polos, y en los eléctricos por la interacción del mecanismo y fricción que genera.
transformador
Es un dispositivo que aumenta o disminuye el flujo de energía. Su funcionamiento se da también por bobinas en un marco de hierro por donde circula la energía. Su desempeño es subir o bajar el voltaje de esa energía para un trabajo.
Estos son sólo algunos ejemplos de la amplia gama de objetos que utilizan electromagnetismo como principio de funcionamiento y que empleamos en nuestra vida cotidiana. También podemos encontrar entre ellos: las bocinas, linternas, alternadores e incluso trenes de levitación, donde combinan la fuerza magnética para suspenderse en el aire paralelamente al riel y la energía para transportarse sobre el eje magnético.
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